Fotovoltaica, Sí gracias, pero sin imposiciones.


El Govern Balear acaba de colgarse una medalla en esa dura batalla de la lucha contra el cambio climático. Ha conseguido titulares nacionales e internacionales con una estrategia de sostenibilidad que al mismo tiempo de ser una decisión valiente es una decisión ingenua por ignorar las reglas básicas que rigen la economía y el comportamiento humano.

Ha anunciado medidas que afectan a los coches diésel, los aparcamientos exteriores y naves industriales de más de 1.000 m2 además de temas importantes como la huella de carbono.

Si hablamos solo de naves industriales centrándonos en los polígonos de Son Castelló y Can Valero y conseguimos convencer a todos los empresarios, con sus 1.500 empresas, de las bondades de invertir en la generación de energía solar fotovoltaica, conseguiríamos producir más de 73 Megawatios, lo que equivale a satisfacer la demanda eléctrica de mas de 30 mil familias. Eso es mucho si consideramos que hay 445 mil familias en Baleares (datos INE-2016).

Lo complicado es convencer a los empresarios uno a uno a pesar de la interesante rentabilidad económica que se obtiene bien por la venta de la energía producida, o bien por consumirla directamente para aminorar la factura de la luz. Sin embargo, ASIMA lo hace por muy complicado que sea.

ASIMA invirtió en una instalación fotovoltaica de 10 kilowatios en la cubierta de la Escoleta Asima para enseñarla a los empresarios interesados y mostrarles los beneficios medioambientales y económicos. Incluso ASIMA fue más lejos utilizando el escaneado desde el aire los polígonos con la tecnología LIDAR (Light Detection and Ranging) del Instituto Geográfico Nacional dependiente del Ministerio de Fomento para identificar las cubiertas industriales óptimas. De esta forma se identificaron 59,6 hectáreas de superficie efectiva para la instalación de paneles fotovoltaicos y una potencia pico de 73 MW. Este estudio fue entregado y compartido infructuosamente con el Director General de Energía y Cambio Climático hace un año, y posteriormente publicado en www.catastrosolarasima.com con el objetivo de juntar esfuerzos con el Govern Balear para multiplicar los resultados.

Estoy completamente convencido de que la única manera de avanzar en un futuro mejor para nuestros hijos está en la reducción de los combustibles fósiles y en medidas que atenúen la cicatriz que dejamos cada uno de nosotros en nuestro paso por la Tierra. También estoy completamente convencido de que las imposiciones unilaterales pervierten los comportamientos y provocan rechazo donde antes había consenso. Por eso este anteproyecto de Ley hay que reconducirlo hacia esquemas menos románticos y más utópicos y decisivos que nos hagan avanzar con firmeza hacia el objetivo.

“La utopía está en el horizonte. Avanzo dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para avanzar”

Eduardo Galiano

Y precisamente por eso, porque estoy convencido, considero que la obligatoriedad de la Ley provocará un efecto contrario y de rechazo a la fotovoltaica que nos alejará del uso de esta tecnología como una herramienta eficaz y contundente en la lucha contra los efectos negativos del cambio climático.